CONTRIBUCION EN NUTRICION

Si la contribución que ha hecho América Latina al mundo en términos de alimentos puede considerarse como importante, tanta trascendencia tiene el aporte imaginativo y creativo que ha logrado imprimir América Latina al mundo en materia de la nutrición aplicada.

Debemos admitir que la contribución de América Latina al mundo en la ciencia de nutrición básica ha sido modesta, aunque no conviene olvidar la figura argentina de B. Houssay, Premio Nobel, por sus trabajos de investigación en la diabetes y metabolismo de los Hidratos de Carbono, así como los de Escudero, iniciador de los estudios de dietología, trabajos ambos que tuvieron proyección universal a principios del siglo XX. Debemos también mencionar las investigaciones pioneras sobre la absorción del hierro, por Layrisse y colaboradores y es de justicia recordar la obra de Josué de Castro que movió la sensibilidad mundial en la lucha contra el hambre. Fue un verdadero precursor de este movimiento.

Donde verdaderamente América Latina, ha sido líder y pionera a nivel mundial ha sido en los enfoques y puesta en práctica de numerosos programas de nutrición aplicada. Veamos algunos de ellos:

Empecemos por la innovación tecnológica, iniciada en el INCAP al utilizar el iodato potásico, en lugar del ioduro, lo que permitió enriquecer la sal poco refinada en la lucha contra el bocio endémico. Siguiendo la línea en la tecnología alimentaria, América Latina, fue con mucha diferencia, el iniciador e impulsor del desarrollo de mezclas con nuevas fuentes de proteínas no convencionales. El primer producto con estas propiedades en el mundo fue la incaparina.
Otra área, también tecnológica, en la que América Latina ha ido a la vanguardia mundial es la fortificación o enriquecimiento de alimentos, (cereales, azúcar, con vitamina A), en la lucha contra las deficiencias de varios micronutrientes. En el estudio sobre el enriquecimiento con hierro también América Latina ocupa lugar preferente.

Así mismo en el estudio de la antropometría y sus aplicaciones en el área de los indicadores nutricionales ha sido América Latina, posiblemente de las regiones del mundo donde más estudios se han realizado, incluyendo las investigaciones longitudinales.
El mejor conocimiento del sinergismo entre la nutrición y la infección se debió también a estudios realizados en América Latina y que ha tenido relevantes efectos en la práctica.

También América Latina, ha sido durante muchos años la región líder en los estudios científicos de las relaciones entre desnutrición y desarrollo mental. También los Centros de Recuperación Nutricional fueron ideados en América Latina. Cuando en los años 60 y 70, se propuso la compleja planificación alimentaria, metodológicamente impecable, con sus cursos, textos y reuniones, todo ello salió de América Latina y su filosofía y metodología fue adaptada en otras regiones del mundo.

En la década de los 80 América Latina organizó la primera reunión internacional (1.987) para recomendar las Metas Nutricionales y las Guías de Alimentación, mucho antes de la reunión convocada en Chipre por la FAO y OMS. En la reunión de Caracas de 1.987, se establecieron por primera vez las metas nutricionales por 1.000 Kcal. Esto, sin embargo, no se reconoció en Chipre, pero se adoptó la misma metodología.

América Latina creó modelos de institutos de nutrición regionales, como el del INCAP y el del Caribe, únicos en el mundo.
También América Latina, ofrece él sin par paradigma de contar con el mayor número de Escuela de Nutrición y el mayor número de nutricionistas por 1.000 habitantes de todo el mundo. Sólo Japón tiene cifras parecidas o tal vez superiores.

Por eso, acaso, sea América Latina la región del mundo que ha dado un número excepcional de expertos internacionales a las Naciones Unidas y de profesores universitarios que trabajan en países desarrollados, principalmente en EE.UU.

Pero donde América Latina ha dado un ejemplo de resultados prácticos al mundo es en los éxitos obtenidos en el trabajo comunitario, a nivel local, a través de las redes de servicios de salud y educación comunitarios. Los ejemplos de Costa Rica, Chile y Cuba han dado la vuelta al mundo, al haber obtenido tasas de mortalidad infantil y en niños menores de cinco años, similares a los de los países desarrollados. Y esto se ha logrado, no por haber adoptado un régimen político especial, ni por existir un yacimiento de un producto exportable, sino por haber organizado una red de servicios de salud, nutrición y educación, a nivel local, de amplia cobertura con la colaboración de la propia comunidad.

Y eso tratan de imitar, no solamente los países de América Latina sino los gobiernos de otros continentes.
Hemos dado alimentos para una mayoría de las poblaciones de Europa, África y Asia. Hemos logrado innovaciones tecnológicas destinadas al mejoramiento de la nutrición popular, hemos elaborado textos e informes que han sido adaptados en otros continentes, hemos aplicado la ciencia de la nutrición en la comunidad, y todo ello debe ser motivo de satisfacción, sin que ello nos autorice a descansar, sino todo lo contrario. Si tenemos países que están dentro del grupo de los desarrollados, otros cerca de ellos, pero todavía muchos países en la Región necesitan nuestro apoyo y solidaridad por estar hundidos en la más cruel de las desventuras: el hambre y la pobreza.

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